Hoy 2 de mayo de 2008 celebramos el segundo centenario de la Guerra de la Independencia en la que el pueblo español se rebeló contra el dominio del ejército de Napoleón que pretendía destronar al rey Fernando VII para poner en su lugar al hermano de Napoleón, José Bonaparte.
Muchos han sido los actos oficiales que conmemoran el Bicentenario: el discurso del Rey Juan Carlos I en Móstoles (de allí era el primer alcalde que se alzó contra los franceses), el de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en la Real Casa de Correos en Madrid. Tampoco han faltado actos culturales como la publicación de libros, espectáculos de música y danza, la exposición “Mayo 1808-2008” en el Canal de Isabel II, la performance de la Fura dels Baus en la Plaza de la Cibeles…, pero lo más importante es lo que queda después de toda esta parafernalia: la reflexión sosegada sobre nuestra Historia y la transmisión de nuestro pasado a las nuevas generaciones para que ellos puedan aprender de nuestros errores y aciertos de antaño.
Especialmente para nuestros amigos griegos y turcos van dirigidas estas breves pinceladas sobre nuestra Guerra de la Independencia.
En el marco histórico de la Ilustración, la Revolución Francesa y la Enciclopedia, surgen las Guerras Napoleónicas bajo el trasfondo de la crisis del Antiguo Régimen. El emperador francés Napoleón I quería consolidar en el trono español a José Bonaparte apoyado por una élite de afrancesados que defendían que el modelo de estado francés traería a España valores como el progreso, la igualdad y la razón. Pero se encontraron con la resistencia del pueblo que, descontento por el gasto que suponía el mantenimiento de las tropas extranjeras y empujado por un sentimiento patriótico, se alzó en contra de los invasores en diferentes puntos de la geografía española.
No sabemos qué hubiera sido de España si hubieran triunfado las tropas napoleónicas. Quizá los ideales ilustrados hubieran sacado al país del atraso secular que arrastraba, quizá la modernización y europeización de España se hubiera adelantado un siglo o más. Pero, desde luego, no cabe duda de que del heroísmo de aquellos hombres y mujeres surgió el germen de la España constitucional de hoy y de que fue entonces cuando se tomó conciencia de la soberanía nacional que más tarde cuajaría en la Constitución de 1812.
Muchos han sido los actos oficiales que conmemoran el Bicentenario: el discurso del Rey Juan Carlos I en Móstoles (de allí era el primer alcalde que se alzó contra los franceses), el de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, en la Real Casa de Correos en Madrid. Tampoco han faltado actos culturales como la publicación de libros, espectáculos de música y danza, la exposición “Mayo 1808-2008” en el Canal de Isabel II, la performance de la Fura dels Baus en la Plaza de la Cibeles…, pero lo más importante es lo que queda después de toda esta parafernalia: la reflexión sosegada sobre nuestra Historia y la transmisión de nuestro pasado a las nuevas generaciones para que ellos puedan aprender de nuestros errores y aciertos de antaño.
Especialmente para nuestros amigos griegos y turcos van dirigidas estas breves pinceladas sobre nuestra Guerra de la Independencia.
En el marco histórico de la Ilustración, la Revolución Francesa y la Enciclopedia, surgen las Guerras Napoleónicas bajo el trasfondo de la crisis del Antiguo Régimen. El emperador francés Napoleón I quería consolidar en el trono español a José Bonaparte apoyado por una élite de afrancesados que defendían que el modelo de estado francés traería a España valores como el progreso, la igualdad y la razón. Pero se encontraron con la resistencia del pueblo que, descontento por el gasto que suponía el mantenimiento de las tropas extranjeras y empujado por un sentimiento patriótico, se alzó en contra de los invasores en diferentes puntos de la geografía española.
No sabemos qué hubiera sido de España si hubieran triunfado las tropas napoleónicas. Quizá los ideales ilustrados hubieran sacado al país del atraso secular que arrastraba, quizá la modernización y europeización de España se hubiera adelantado un siglo o más. Pero, desde luego, no cabe duda de que del heroísmo de aquellos hombres y mujeres surgió el germen de la España constitucional de hoy y de que fue entonces cuando se tomó conciencia de la soberanía nacional que más tarde cuajaría en la Constitución de 1812.
Today, May 2nd 2008, we celebrate the 200th anniversary of our Independence War in which the Spaniards rebelled against Napoleon`s army attempting to end Fernando the 7th reign to enthrone his brother Joseph Bonaparte.
We have had plenty of official events commemorating the 2nd centenary: our king`s speech in Mostoles (the town whose Mayor first rebelled against the French) and the one spoken by the President of the Community of Madrid, Esperanza Aguirre, in Madrid`s Royal Post Office. There have also been cultural activities, such as the new books about the subject being published, music and dance performances, the exhibition “May, 1808” in Isabel's the 2nd Channel, La Fura dels Baus' show in Cibeles Square... but the most important aspect is what remains after all that fuss is a careful reflection about our History and the transmission of our past to the new generations for them to learn from our mistakes and our achievements from the old days.
These brief notes about our Independence War are especially directed to our Greek and Turkish friends.
Within the Historical frame of Ilustration, the French Revolution and the Encyclopedia, the Napoleonic Wars arose immersed in the crisis of the Totalitarian Regime. The French Emperor Napoleon the 1st wanted to assure the Spanish throne for Joseph Bonaparte supported by an elite of followers considering that the model of the French state would bring to Spain values such as progress, equality and reason. But they found the resistance of the people who, unhappy because of the expenditure of maintaining the foreign troops and moved by a patriotic feeling, rebelled against the invaders in different parts of Spain.
We do not know what would have happened if the Napoleonic troops had won. Perhaps the illustrated ideals would have accelerated our modernisation and entrance in the European circle for more than a century, but there is no doubt that from the braveness of those men and women started the germ of the constitutional Spain we have today. It was then when people got aware of the national sovereignty which became a reality four years later with the Constitution approved in the year 1812..
0 comentarios:
Publicar un comentario